- Barreras, el mayor astillero privado, se asoma al precipicio de la quiebra mientras México investiga las inversiones que hizo Pemex en la compañía y que negoció la Xunta de Feijóo.
En la noche de 24 de mayo de 2012 el Telediario de la TVG interrumpió su ritmo habitual para conectar con el salón noble del Pazo de Raxoi, que la Presidencia de la Xunta reserva para sus recepciones más solemnes. Las cámaras del canal público mostraron en directo al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, rubricando documentos con el entonces director general de la petrolera estatal mexicana Pemex, Juan José Suárez Copell.
Siete años después, uno de los emblemas de aquel acuerdo, el astillero vigués Barreras, acaba de solicitar el preconcurso de acreedores.
En realidad, de todos aquellos anuncios, que incluían también la instalación de una base de Pemex en el puerto exterior de A Coruña, solo se concretaron dos pedidos de barcos, que acumularon fuertes retrasos y problemas en su posterior colocación en el mercado. Mientras, otros dos astilleros gallegos -Freire y Armón- participaron con contratos de diseño y componentes para otros buques construidos en México.
Fueron encargos relevantes en un momento de fuerte crisis del sector, pero con un peso muy inferior al de los anuncios oficiales de la Xunta. Los problemas financieros de Pemex aceleraron la retirada de promesas mientras Feijóo matizaba que, en realidad, aquellos proyectos que había anunciado en vivo por la TVG nunca dependerán del Gobierno gallego.