Pontevedra, un año más, se convirtió desde el jueves 20 y sigue siendo un inmenso campo de pruebas para el entrenamiento de los triatletas que participan en la Gran Final Mundial hasta el próximo domingo. La ciudad acoge a los 3.000 deportivistas de todo el mundo, y sus familias, amigos y visitantes interesados por el evento. Además, también aprobecharon para completar esa oferta cultural con conciertos 100% en gallego que transpasarán fronteras, con gente de todas partes.
Algunos negocios de hostelería de la villa triplicaron la facturación. Los hoteles están llenos y hicieron cambios horarios para adaptarse a la vida de los deportistas. Algunos participantes tuvieron que alojarse fuera de capital, hay deportistas en varias localidades de la provincia desde Vigo hasta Sanxenxo. El grueso de las pruebas se celebran el sábado y el domingo, por lo que el ambiente cosmopolita y deportivo se mantendrá hasta el final de la semana.