La demominada operación Carplaya contra el narcotráfico que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desarrolló en las provincias de Pontevedra y Lugo se saldó con la incautación de 220 kilos de cocaína. El operativo policial supuso la detención de diez personas, muchas de ellas vinculadas familiarmente y relacionadas con el tráfico de drogas desde hace años. Según los investigadores, formaban parte de una activa organización criminal centrada en Galicia, especializada en el transporte de cocaína entre distintos puntos de España y Portugal, utilizando para ello vehículos dotados de sofisticados sistemas para ocultar la droga.
Tras un año de investigación, agentes de la UCO detuvieron el pasado miércoles a diez integrantes de esta organización, a las que se les imputan los delitos de pertenencia la organización criminal, contra la salud pública y blanqueo de capitales.
La mayor parte de la droga fue hallada en una de las fincas inscritas en Pontevedra, una granja agrícola y ganadera que ocultaba la cocaína en un zulo subterráneo que resultó difícil de detectar para la Guardia Civil dado su sofisticado sistema de enterramiento. En la parte económica, los investigadores lograron inmovilizar más de 4 millones de euros entre sociedades mercantiles, bien inmuebles, embarcaciones y cuentas bancarias bloqueadas.