El dueño de la lavandería del Naval en la Illa de Arousa tuvo a primera hora del miércoles la sensación de un ya visto desconcertante. En el seguimiento de la videovigilancia del local observó que el individuo que ayer a la misma hora había entrado a robarle en las máquinas volvía a los paseos.
“Me pareció que estaba soñando. Surrealista total; esto no puede ser verdad, que me estén volviendo… aparte, era la misma hora de ayer. Me pareció totalmente surrealista. No me parecía verdad. Quedé un poco flipando y …luego dije, es verdad”, relata Juan José Millán, propietario de la lavandería.
El hombre, de unos 54 años y vecino de Noia, lo cogió la Policía Local para, luego, entregarlo a la Guardia Civil. Acababa así una andadura de 24 horas en la que procuró por dos veces a recaudación de unas máquinas a una hora en que prácticamente estaban vacías.
Desde su casa, el propietario del negocio observó como el ladrón interrumpía su acción al llegar alguien a la lavandería, él entraba en diálogo como se nada había pasado. Eso fue la mañana del martes: “Como puedo hablar a través del sistema de videovigilancia, le dije que había marchado o llamaba la policía. Se fue y presenté la denuncia, porque intentó forzar las máquinas”, dice Millán.
Si el botín de ayer fue de poco valor, el detenido no consiguió nada hoy y por encima dejó en la lavandería un pantalón que, presumiblemente, usó como autoxustificación para entrar a robar las monedas de las máquinas de una lavandera autoservicio en días de poca demanda y en hora de madrugador.