La jugadora de la selección española, Jenni Hermoso, ha negado este viernes que el beso que le dio José Luis Rubiales en la ceremonia de entrega de premios del Mundial de Australia y Nueva Zelanda fuese consentido.
«Me sentí vulnerable, víctima de una agresión en un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. Sencillamente no fui respetada», ha afirmado en un comunicado la futbolista en referencia a las palabras del presidente de la RFEF en las que afirmaba que la jugadora le había dado su permiso para darle «un piquito».
La madrileña también ha asegurado que tanto ella como su entorno ha recibido presiones para realizar una declaración conjunta «para rebajar la presión sobre el presidente». «Tengo que manifestar que he estado bajo una continua presión para salir al paso con alguna declaración que pudieran justificar el acto del Sr- Luis Rubiales. No solo eso, sino que, de diferentes maneras y a través de diferentes personas, la RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos, compañeras) para que se diera un testimonio que poco o nada tenía que ver con mis sensaciones», ha añadido.
Además, la futbolista ha firmado otro comunicado junto a 80 futbolistas, entre ellas todas las campeonas del mundo en el que han mostrado su rechazo a las palabras de Rubiales y a sus acciones.