Las atrocidades de la ciudad de Bucha y la nueva estrategia de Putin de desplazar las tropas hacia el este para reagruparlas han puesto en alerta a los ministros de Exteriores de la OTAN reunidos este martes y miércoles en Bruselas para debatir nuevas medidas de apoyo.
El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, se ha mostrado preocupado ante el temor a una gran ofensiva rusa. «Tenemos que ser realistas y darnos cuenta de que esto puede durar mucho tiempo, muchos meses, incluso años. Y esa es la razón por la que también tenemos que estar preparados para el largo plazo, tanto en lo que se refiere al apoyo a Ucrania como al mantenimiento de las sanciones y al fortalecimiento de nuestras defensas», asegura Stoltenberg.
Hasta Bruselas se desplazará también el ministro de Exteriores de Ucrania que se espera que pida más material antiaéreo. Algo que ya había sido prometido pero que aún no ha sido entregado.
Se espera que los aliados decidan proporcionar más armas antitanques, sistemas de defensa aérea y otros equipos, además de aumentar la asistencia humanitaria y la ayuda financiera.