Situación grave pero encaminada hacia la estabilización, así fue calificada la situación de la central nuclear de Zaporiyia por Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica, durante su visita a la planta ucraniana. A raíz de la reciente destrucción de la presa de Kajovka y el recrudecimiento de los combates, la seguridad de la central ha vuelto a estar en máximo peligro. El Ministerio de Defensa de Ucrania ha confirmado el desarrollo de encarnizados combates en la zona. Ganna Malyar, viceministra de Defensa de Ucrania, declaró: «El enemigo está presentando una fuerte resistencia. Las Fuerzas Armadas de Ucrania se enfrentan al continuo minado de campos, al uso de drones kamikaze y a intensos bombardeos. El enemigo no se rinde fácilmente en sus posiciones». En respuesta al avance en el frente, Rusia ha llevado a cabo ataques de misiles dentro de Ucrania. Krivói Rog y la ciudad de Jersón han sido objetivos de los últimos bombardeos, causando múltiples víctimas. Mientras Rusia asegura estar atacando instalaciones militares, Kiev insiste en que se trata de zonas civiles.
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