Los residentes en la la zona de las calles carballesas Vila de Noia, de Corcubión, de Ordes y Avenida de Bergantiños, dicen estar hartos de pelear contra infinidad de incomodidades en su día a día. Acostumbrados a sufrir la densidad de tráfico rodado desviado por esa zona, incluso el de grandes camiones, ahora se les acumula la dejadez de los propietarios de los perros que los sacan a pasear y no recojen sus excrementos, los desvíos de tráfico, cortes y atascos derivados de las obras interminables del colegio Fogar. Otro inconveniente añadido es el drenaje del agua por falta de previsión en la realización de las obras de acondicionamiento de la Avenida de Bergantiños, donde a diario hay una inmensa charca que inunda la acera y el paseo, que en ocasiones, obliga a los peatones a invadir la calzada para poder pasar.