La segunda fase de la Gran Vía, con la instalaciones de las ramplas entre Bolivia y Nicaragua, se encuentra a punto de finalizar. Como dio cuenta el alcalde, los pórticos ya están instalados y faltan los últimos vidrios que cubrirán el corredor mecánico, en el que a empresa encargada empezó a configurar el funcionamiento de las cintas, un trabajo que llevará alrededor de dos semanas.
Abel Caballero recordó que esta fase incluye dos tramos de cintas que salvan una/una pendiente media del 8,5%. Las cuestas llevan instalado un sistema de ahorro energético stop-slow-fast que reduce la velocidad ante la ausencia de pasajeros.
En estos momentos, también se están instalando los remates finales del mobiliario y la vegetación, así como una pavimentación capaz de generar energía a través de las pisadas de las personas. Alrededor de la figura del Pezseto, se instalará una reproducción con led, que simulará el fondo marino, en el que los pescados se moverán en función de las pisadas. El plazo previsto de finalización esta fijado a mediados del mes de marzo.
El presupuesto de la fase II es de 4.234.892 euros, contando con parte de financiación de Fondos Next Generation EU del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que aportan 3,1 millones. La primera fase tuvo un coste de 5,5 millones, lo que eleva el total hasta los 9,7 millones de euros. El alcalde aprovechó para anunciar su intención de completar la instalación de ramplas mecánicas en la Gran Vía durante el siguiente mandato, realizando el tramo entre Plaza América y Plaza España.