La central, fue uno de los principales centros de producción de electricidad de Galicia que llegó a emplear unas 300 personas, ahora cierra tras más de 40 años de actividad. Con su cierre, también caen decenas de puestos de trabajo indirectos y las arcas municipales, ya que el Ayuntamiento dejará de ingresar un millón de euros al año, por eso la localidad pide la reindustrialización de la zona con industrias alternativas para fomentar el empleo.
Naturgy se comprometió a invertir 80 millones de euros en la construcción de dos parques eólicos y una planta de biogás, pero los trabajadores de la térmica se quejan de la falta de concreción.
La de Cerceda es una de las siete centrales en España que deja de funcionar. El motivo es que no se invirtió para adaptarse a las normativas ambientales europeas y aseguran desde las compañías propietarias que no es rentable.
Los trabajos de desmantelamiento de la central durarán entre 3 y 5 años y costarán cerca de 14 millones de euros.