Muxía se une por la defensa del secadero de congrio clausurado por Sanidade

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  • El regidor emitió un comunicado solicitando a las Administraciones vías de protección para unos monumentos que son un símbolo de la identidad del pueblo

Hace unos días Sanidade clausuraba uno de los dos secaderos de congrio artesanales de Muxía por no ser compatible con las normas comunitarias. Su propietario, Juan Diz, de 92 años, se mostró desconsolado ante la noticia ya que en décadas de trabajo nunca tuvo problemas.

El alcalde, Iago Toba, emitió un comunicado donde destaca que «os secadoiros de congros son un emblema da nosa cultura e tradición, patrimonio de Muxía que debemos de coidar e protexer». Tras acercarse hasta la vivienda de Juan Diz, donde mantuvo un encuentro informal para conocer la situación actual de la familia, Toba denunció que «dende hai un tempo estamos asistindo a un desmantelamento da forma de vida da costa» con normas y prohibiciones que «dan as costas aos oficios tradicionais» e que están baseadas nunha «total insensibilidade e descoñecemento do que é a nosa vida».

El congrio es un pescado blanco que fue muy apreciado en la Edad Media al usarse como trueque entre los comerciantes y marineros gallegos con habitantes de Cataluña, Castilla o Aragón. Además, es el producto estrella de la fiesta gastronómica que se celebra en la villa de la Barca cada Viernes Santo. Sin embargo, la tradición del secado artesanal va más allá.

Se trata de un oficio con cientos de años a sus espaldas en los que un artesano laña el pescado y le realiza varios cortes transversales del mismo tamaño para posteriormente dejarlo secar bien en las cabrias (estructuras de madera) gracias a la fuerza del viento. Semanas más tarde el congrio seco es comercializado como un manjar, teniendo como principal destino la localidad de Calatayud (Zaragoza).

Uno de los problemas que encontró la Consellería de Sanidade en este secadero es que cualquiera puede acceder al mismo, pudiendo contaminar el producto. Algo de lo que difieren tanto Diz como su nieto Juan, quienes aseguran que el congrio está vigilado y nadie se acerca al mismo. Por otra parte, el alcalde pregunta al ente autonómico cuáles son sus «argumentos lóxicos» para cerrar un negocio como este, y se muestra «indignado por este atentado» que afecta a varias familias pero también al propio oficio símbolo de la «identidade» muxiana.

Turismo

Desde el Ayuntamiento también notifican que en los últimos meses se desarrollaron varias visitas educativas y guiadas a este tipo de instalaciones, siendo además otro atractivo turístico más del municipio ya que no todo es «comer e tomar o sol». «O turista tamén quere, cada vez máis, vivir experiencias e por aí van as novas tendencias nas estratexias de promoción de turismo», señaló el alcalde.

Petición de reconsideración

El Ayuntamiento pide «sensibilidade» con un tema que da de comer a varias familias formadas además por jóvenes que «respectan o legado familiar e que non renegan da súa tradición mariñeira» y que se forman para «facer as cousas ben». Destaca que lo sucedido no es el resultado de unas «prácticas mal feitas» sino de una técnica tradicional como también lo fueron el ahumado y el salado.

Desde el gobierno local solicitan que las Administraciones trabajen para buscar alternativas de mantenimiento de estos «monumentos da cultura do mar».